3. La metafísica

El problema metafísico (el ser) siempre ha fascinado a los filósofos, sea en el plano sensible como en el suprasensible (superior a los sentidos). Platón fue el primero en distinguir entre estos dos planos de la realidad. Aristóteles lo constituye en disciplina con la "filosofía primera" que es la ciencia del ente en cuanto ente, la cual denominará Andrónico como Metafísica [Meta = más allá / Física = mundo sensible] o estudio del ser. Algunos la han llamado teología racional, ontología, gnoseología, etc.

Definición de Metafísica

Andrónico de Rodas (siglo I a.C.) como primer editor crítico de las obras de Aristóteles las clasificó en Física y Metafísica. La primera tiene por objeto el estudio de la realidad del mundo sensible de la naturaleza y la segunda dedicada al estudio de lo que está más allá de la naturaleza sensible. En la historia de la filosofía la metafísica se ha interpretado como:

  • Teología natural: el ser en sí como totalidad (motor inmóvil, Absoluto, Dios)
  • Ontología: el ser como estructura y sentido de las cosas. Cf. Filosofía prima
  • Gnoseología: posibilidades y límites del conocimiento humano del ser. Cf. Teoría del conocimiento

En la antigüedad:

Los presocráticos eran, de hecho, físicos y metafísicos al mismo tiempo, porque trataban la naturaleza (physis) como la totalidad de las cosas visibles e invisibles, reales e ideales, sensibles y suprasensibles al mismo tiempo.

Platón es el primero en distinguir entre realidad física y realidad metafísica. Por una parte está el mundo natural corruptible, y por otra, el mundo incorruptible de las ideas, considerado el mundo de la pureza del ser.

Aristóteles establece la ciencia del ente en cuanto ente o "filosofía primera" llamada luego Metafísica.

En la edad media:

En el medioevo a la metafísica se le denomina teología racional (reflexión racional sobre Dios, sus atributos, y su relación entre el mundo físico y el mundo metafísico). Se exalta su superioridad sobre las otras disciplinas en nombre de la excelencia inconmensurable del objeto de estudio.

En la edad moderna:

La filosofía moderna afronta el saber metafísico a partir del estatuto epistemológico (elaboración de los criterios de validez) de las "ciencias exactas". Se distingue entonces entre la ciencia del ser en general (Metafísica) y la ciencia de Dios (teología racional)

En la modernidad comienzan a creer que el ser real está más allá de la esfera del conocimiento subjetivo y por lo tanto no se puede conocer en su inmediatez. De ahí que los esfuerzos metodológicos de todos los filósofos modernos se enfoquen en justificar el paso de lo fenoménico (idea, sensación) a lo nouménico (inteligible), objeto propio de la metafísica.

Los esfuerzos terminan cuando Kant en su crítica demuestra la imposibilidad de sobrepasar el mundo de los fenómenos (lo que aparece y se manifiesta inmediatamente) demostrando así la imposibilidad de la metafísica, pues "la cosa en sí" o el noúmeno no lo podemos conocer.

En Kant la metafísica termina cumpliendo el papel de la gnoseología, por eso se da a la tarea de constituir una "ciencia de conceptos puros", es decir, una ciencia que indaga todo lo que puede ser conocido a priori, independientemente de la experiencia y de este modo, termina indagando las características y los límites del conocimiento humano.

Hegel intenta reconstruir la metafísica pero en un sentido meramente inmanente (que resuelve el sentido del todo en la experiencia y en la historia). Le atribuye como objeto propio el infinito, que se explica en la historia como necesidad dialéctica totalizante o abarcante de toda la realidad.

El debate contemporáneo:

En el siglo XX están a favor de la metafísica:
  • J. Maritain
  • E. Gilson
  • G. Marcel, etc. 
Contra la metafísica:
  • R. Carnap
  • J. Habermas
  • J. Derrida
  • G. Vattimo, etc.
M. Heidegger en su reflexión ontológico-fenomenológica insiste en sobrepasar la metafísica en nombre de un pensamiento meditativo y poético. Él rechaza una doctrina naturalista centrada en las "cosas" y entiende el ser como "presencia" que se disuelve en un movimiento de "apropiación" de los entes finitos.

De este modo la metafísica se convierte en un debate epistemológico en vez de ontológico. El ser no se puede abordar con el lenguaje de las "ciencias exactas" como se pretendía en la modernidad porque ese lenguaje es "cuantitativo" mientras que el ser es sobre todo "cualitativo". Pero del ser no se puede hablar ni siquiera con el lenguaje de la necesidad dialéctica totalizante como pretendía Hegel porque el ser es en última instancia inagotable e escurridizo. El ser tampoco puede ser definido con el sólo lenguaje meditativo y poético porque con este lenguaje no puede establecer su verdad. Es ser se debería expresar con un lenguaje que sea al mismo tiempo cualitativo e incontrovertible, que reúna en sí el rigor de las ciencias exactas y posea la cualidad espiritual de la vida simbólica.

El positivismo representado por R. Carnap habla de superar la metafísica a través del análisis lógico del lenguaje. Para ello se presupone que únicamente lo empíricamente verificable está dotado de sentido. De este modo, términos tradicionales en  el discurso metafísico como Dios, absoluto, eterno, etc., se consideran vacíos de significado e inconsistentes porque no se pueden verificar empíricamente. 

La filosofía analítica inaugurada por el segundo Wittgenstein resuelve dar un significado a la metafísica pero más como expresión de una visión irracional del mundo.

Copyright © Juan José Rodríguez Mesa. Designed by OddThemes