6. La ciencia


 En la antigüedad y en el medioevo la filosofía y las disciplinas científicas son tratadas como todo en uno y no se conciben como diferentes campos del saber. Es sólo al inicio de la modernidad cuando se abre un debate metodológico que conducirá al nacimiento de la ciencia moderna y su diferenciación de la búsqueda filosófica. La filosofía siempre se ha interrogado sobre los problemas generales de la ciencia, sin embargo, en el siglo XIX al interior de la filosofía se ha constituido una disciplina especial autónoma que estudia el estado de las teorías científicas, la filosofía de la ciencia, llamada también epistemología.

¿Qué es ciencia?

Para nuestra cultura se ha convertido en sinónimo de ciencia experimental, es decir, de aquella praxis cognoscitiva fundada sobre el uso sistemático de la verificación y la comprobación, dirigido a aplicaciones técnico-prácticas, caracterizadas por la objetividad de la investigación, por la reproducibilidad de los experimentos y por el carácter operativo y no puramente especulativo de las hipótesis. No obstante, en sentido más amplio y tradicional, por ciencia se entiende un conjunto de conocimientos que incluyen en sí una garantía de la propia validez, más o menos absoluta.

La filosofía y la ciencia

Esta acepción de ciencia en sentido amplio siempre ha sido reivindicada por la filosofía, que, desde sus orígenes hasta el inicio de la edad moderna, se presenta como un saber que comprende también las disciplinas científicas en sentido estricto y cumple un papel de superioridad sobre ellas.

Con G. Galilei e I Newton se abre aquel debate metodológico que llevará al nacimiento de la ciencia moderna sobre la base de los grandes éxitos obtenidos por la investigación experimental y de los presupuestos anti-metafísicos de la filosofía moderna. Galileo muestra la correspondencia entre los fenómenos naturales y su expresión matemática, mientras que Newton enfatiza, en particular, la naturaleza puramente descriptiva y no explicativa de la ciencia. I. Kant, entonces, con su investigación gnoseológica, muestra que las leyes científicas no son universales en sí, sino a partir del sujeto que las conoce (fundamento trascendental).

La filosofía de la ciencia, o epistemología

Si en el curso de la historia la filosofía siempre se ha interrogado sobre los problemas generales de la investigación científica, es a partir del siglo XIX, paralelamente a las profundas transformaciones experimentales y conceptuales de las ciencias físicas y lógico-matemáticas, que se ha venido constituyendo una disciplina autónoma - la filosofía de la ciencia, o epistemología (discurso sobre la ciencia; del griego logos: tratado, discurso, y episteme: ciencia) que estudia el estatuto de las teorías científicas. El objeto de la epistemología se ha entendido de modos diferentes: en los tiempos del círculo de Viena el primer R. Carnap la identifica con la "lógica aplicada" (o sea con el estudio de la sintaxis lógica de las teorías, es decir, las relaciones formales entre los enunciados científicos) y la ciencia tomada en consideración es prevalentemente la física. A partir de los años 60 el debate se concentró en torno a la semántica (o sea el significado) de los términos científicos, mientras los desarrollos más recientes recurren a los problemas de la pragmática (o sea el uso de los aciertos de las teorías).

Los orígenes y desarrollos de la epistemología

La filosofía de la ciencia se vuelve un campo disciplinar plenamente autónomo en torno al 1920-30 por obra de los neopositivistas del círculo de Viena y del círculo de Berlín (M. Schlick, H. Reichenbach y O. Neurath). Para dar un gran impulso a este campo de estudios contribuye la existencia de un movimiento organizado con una fuerte motivación a privilegiar este ámbito, atribuyéndole una función central en la batalla contra la metafísica.

El neopositivismo también se destaca por su carácter fuertemente reformador y unilateral de sus tesis con respecto a la filosofía tradicional.  Además del legado del positivismo del empiriocriticismo, del convencionalismo de H. Poincaré (que reduce la ciencia a un sistema de convenciones sobre la base de criterios económicos y funcionales), del inductivismo de J. S. Mill, los fundadores neopositivistas de la epistemología hacen uso de la heredad de las reflexiones metodológicas convencionalísticas de los físicos P. Duhem y N. R. Campbell. 

El primer gran debate en torno a la nueva disciplina es en torno al proceso de "liberación del empirismo" que en los años 30 con R. Carnap, H. Feigl, E. Nagel, señala el paso de la fase del positivismo lógico a la del empirismo lógico y a la ampliación del criterio empírico de significancia a la verificabilidad empírica indirecta. 

Una dirección parcialmente diferente de la lógico-empirista (o verificacionista) es el falsacionismo de K.R. Popper que afirma como tesis central que cada teoría no puede tener una validación de una vez por todas, sino que es siempre una hipótesis "arriesgada" cuyo carácter científico está dado por el hecho de contener un acierto base que puede ser desmentido por la observación (el considerado falsificador potencial). Una dirección paralela a estas es la epistemología histórica francesa, iniciada por G. Bachellard, J. Cavaillés y G. Canguilhem, que se concentra sobre la transformación de los conceptos en la historia de las ciencias, temas que serán descubiertos por la epistemología anglosajona a partir de los años 60.

Emblemáticamente el punto de inflexión más importante puede hacerse coincidir con la publicación del ensayo La estructura de las revoluciones científicas (1962) de T. Kuhn, que abre una perspectiva relativista, retomada y llevada al extremo por el anarquismo metodológico de P.K. Feyerabend. La crítica del "postempirismo" al empirismo lógico y a Popper es radical: no se trata de acertar en la verdad o la falsedad de las teorías, ya que en su desarrollo se tiene una "variación de significado" de los términos y por tanto no existe un lenguaje observacional independiente de la teoría. Por tanto, dos teorías diferentes "miran mundos diferentes" y, como hay "inconmesurabilidad" entre las teorías no existen criterios para elegir racionalmente entre teorías rivales entre sí.

¿Qué es el empirismo lógico?

Es una corriente filosófica surgida en Austria ligada a los exponentes del círculo de Viena y del sucesivo círculo de Berlín pasando por estas fases:
  • Liberación del criterio empírico de significancia
  • Neopositivismo o positivismo lógico
  • Empirismo lógico o neoempirismo
Por un lado, se vincula con el positivismo del siglo XIX en cuanto al enfoque principal de la ciencia, vista como modelo y culmen del conocimiento humano en su evolución histórica; por otro lado,
abandona toda pretensión de pronunciarse sobre la totalidad de la realidad y utiliza ampliamente los instrumentos y resultados de la lógica simbólica, desarrollados entre los años 800 y 900 por G. Frege, G. Peano, A.N. Whitehead y B. Russell. Las piedras angulares de la concepción neo-empirista son: 
  • el principio dela verificación como criterio de significado de las proposiciones, 
  • el rechazo de la metafísica, 
  • la unidad de la ciencia, 
  • la construcción del lenguaje como un cálculo, 
  • la interpretación convencionalista de la lógica y las matemáticas,
  • la creencia de que la filosofía es equivalente a un análisis lógico de tipo particular.

Problemas actuales de la epistemología

1) El problema de los criterios de cientificidad, es decir, criterios de demarcación entre ciencia y pseudociencia sobre los cuales existe cierto consenso:
  • La consistencia interna de una teoría, o sea, la existencia de contradicciones.
  • La probabilidad o demostración de una teoría, pues después de la crítica de k. Popper al verificacionismo, para cada teoría se considera su potencial falsación.
  • La fecundidad de una teoría, esto es, su capacidad de resolver todos o gran parte de los resultados dados por teorías rivales.
2) El problema de la elección entre teorías: los criterios para elegir entre dos teorías diferentes que dan cuenta de los mismos fenómenos son la compatibilidad con otras teorías aceptadas, la simplicidad de la hipótesis, la cualidad estética (coherencia, simetría, esencialidad de la explicación).

3) El problema de la estructura de la explicación científica, sea por los empiristas lógicos (verificacionismo), sea por Popper (falsacionismo) consiste en reformular los enunciados particulares bajo enunciados generales en una cadena deductiva en donde el enunciado básico se deduce de una ley general; verificacionistas y falsacionistas se dividen luego sobre el procedimiento para la aceptación de la ley general.

Con la crítica del "postempirismo" este modelo de explicación queda refutado: Feyerabend propone una visión holística (concepción según la cual los sistemas complejos tienen características no reductibles a la suma de sus elementos primarios constitutivos) extrema en la concepción de las teorías, según la cual no hay diferencia alguna entre enunciados de hecho y enunciados de creencia no verificables.

M. Hesse propone un "modelo de red" para el cual no hay diferencia de status entre enunciados teóricos y enunciados observables; Lakatos avanza hacia una distinción entre un "núcleo metafísico" de aciertos no directamente falsificables y una "venda protectora" de aciertos o afirmaciones que al ser falseadas se pueden abandonar.

¿Qué es una teoría científica?

Con el nacimiento de la ciencia moderna el término teoría, que en la antigüedad era sinónimo de contemplación, asume el significado de hipótesis, deducción y experimento. Para la doctrina "convencionalista" de P. Duhem una teoría científica consiste en un conjunto de hipótesis y tiene su único criterio de verdad en el acuerdo con la experiencia, o sea en la confirmación de la hipótesis, que a su vez condicionan las observaciones de los fenómenos. Según K. Popper el convencionalismo de P. Duhem ha contribuido a clarificar las relaciones entre teoría y experimento. Popper sustituye el principio de verificación entre aciertos o afirmaciones científicas y no científicas: una teoría es científica sólo si es falsificable, o sea si puede ser refutada por la experiencia.

¿Qué es la verificación?

Es un proceso de definición de la verdad o falsedad de una determinada proposición. El proceso de verificación suele implicar la búsqueda de una "prueba" que estipule el contenido de la proposición. Tal prueba puede ser de tipo empírico (recurso a los hechos, sean de la experiencia externa, sean de la experiencia interna), de tipo intuitivo (recurso a la evidencia inmediata) o de tipo demostrativo (recurso a la argumentación rigurosamente fundada). El principio de verificación se convirtió en un principio filosófico fundamental con el neopositivismo, que une a la verificación de tipo empírico de un enunciado no solo el valor de verdad, sino también el significado del enunciado mismo. El principio de verificación, para los neopositivistas, permite distinguir los enunciados de carácter científico de las proposiciones "vagas" y por consiguiente privadas de significado cognoscitivo.
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