Los siete sabios


Caliope, entre medio de Sócrates y los Siete Sabios, 
(Baalbeck, siglo III EC) expuesto en el Museo Nacional de Beirut.

La denominación de Siete Sabios fue el título dado por la tradición griega a siete antiguos sabios griegos (alrededor del 620-550 a.C.), renombrados por su sabiduría práctica que consistía en una serie de aforismos memorables. Merecieron dicho nombre debido a que sus enseñanzas o frases son una guía de la vida de los hombres. Este conjunto incluye tanto a filósofos como a estadistas o legisladores.

La tradición de los Siete Sabios se mantuvo a lo largo de los siglos. Por ejemplo, Plutarco compondría un Ágape para siete sabios[1].

Diógenes Laercio[2] presenta a los siete sabios así:

Σοφοὶ δὲ ἐνομίζοντο οἵδε Θαλῆς, Σόλων, Περίανδρος, Κλεόβουλος, Χείλων, Βίας, Πίττακος. Τούτοις προσαριθμοῦσιν Ἀνάχαρσιν τὸν Σκύθην, Μύσωνα τὸν Χηνέα, Φερεκύδην τόν Σύριον, Ἐπιμενίδηρ τὸν Κρῆτα, Νιοι δὲ καὶ Πεισίστρατον τὸν τύραννον 

Estos fueron considerados los (siete) sabios: Tales, Solón, Periandro, Cleóbulo, Quilón, Bias, Pítaco. A estos se agregan Anacarsis de Escitia, Misón de Quene, Ferecide de Siria, Epiménides de Creta. Y algunos incluso Pisístrato el tirano. Sin embargo, el testimonio más conocido es el de Platón[3]:

[a] Entre ésos estaban Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Bías de Priene, nuestro Solón, Cleobulo de Lindos y Misón de Quenea, y como séptimo del grupo se nombra al lacedemonio Quilón[4]. Todos ellos eran admiradores y apasionados discípulos de la educación lacedemonia. Puede uno comprender que su sabiduría era de ese tipo, al recordar las breves frases dichas por cada uno, que ellos, de común acuerdo, como principio de la sabiduría dedicaron [b] en inscripción a Apolo en su templo de Delfos, grabando lo que todo el mundo repite: «Conócete a ti mismo» [Γνωθι σεαυτόν] y «De nada demasiado».[Μηδὲν ἄγαν] ¿Que por qué digo esto? Porque ése era el carácter de la sabiduría de los antiguos, una cierta brevilocuencia lacónica. Precisamente de este Pítaco circulaba en privado esa expresión encomiada por los sabios, [c] la de que «Difícil es ser… digno»[5].

Estobeo[6] ofrece testimonios de los siete sabios de Demetrio Falereo (que no incluye en la lista a Misón de Quene, mencionado por Platón, y pone en su lugar a Periandro)[7]:

I. Cleóbulo hijo de Evagora, de Lindos [Isla de Rodas c. 600 a.C.], dijo:

1. La moderación es lo mejor. 2. Se debe respetar al propio padre. 3. Es necesario estar bien en cuerpo y alma. 4. Es necesario ser deseoso de escuchar, y no de charlar. 4. Tener mucho conocimiento es mejor que ser ignorante. 5. Mantén tu lengua pura de la impiedad. 6. Hay que conocer la virtud, ajena a la maldad. 8. Odiar la injusticia, custodiar la piedad. 9. Aconsejar lo mejor a los ciudadanos. 10. Mantener el control sobre el placer. 11. No hagas nada con violencia. 12. Educar a los niños. 13. Rezar por la fortuna. 14. Resolver las enemistades. 15. Considere a un enemigo como el enemigo del pueblo. 16. No discutas con tu esposa ni le muestres afecto en presencia de extraños, porque la primera actitud puede ser un signo de tontería, la segunda de locura. 17. Y no castiguen a los sirvientes bajo el efecto del vino; de lo contrario parecerán comportarse de manera impropia por la embriaguez. 18. Cásate con una mujer de una familia de igual estatus, porque si te casas con una mujer de familia de estatus superior, adquirirás patrones, no parientes. 19. No te rías de las burlas de alguien, porque serás detestado por los que se burlan. 20. Cuando te vaya bien, no seas soberbio; cuando te vaya mal, no te desanimes.

II. Solón, hijo de Essecestis, de Atenas, [640 – 559 a.C. Legislador y reformador social]dijo:

1. Nada demasiado. 2. No hagas de juez, o resultarás enemigo del acusado. 3. Huye del placer que produce el dolor. 4. Mantener la probidad de la conducta, esto es más fiable que un juramento. 5. Sellar los discursos con el silencio, y el silencio con el momento oportuno. 6. No mientas, sino di la verdad. 7. Ocúpate de las cosas honestas. 8. No digas que hay cosas más justas que los padres. 9. No adquieras amigos apresuradamente, y los que has adquirido no los dejes apresuradamente. 10. Aprendiendo a ser comandado, aprenderás a comandar. 11. Si crees que es correcto que los demás rindan cuentas de sus actos, tú también lo harás. 12. Aconseja a los conciudadanos no las cosas más agradables, sino las mejores. 13. No te consideres insuperable. 14. No estés en compañía de gente viciosa. 15. Mantente en contacto con los dioses. 16. Honra a tus amigos. 17. No digas lo que no sabes. 18. Si lo sabes, cállate. 19. Sé amable con los tuyos. 20. Da prueba de las cosas invisibles con las cosas visibles.

III. Quilón, hijo de Damageto, de Esparta, [siglo VI a.C.] dijo:

1. Conócete a ti mismo. 2. Mientras estés bebiendo vino, no hables mucho, porque te equivocarías. 3. No amenaces las personas libres, porque es injusto. 4. No hables mal de tu prójimo, de lo contrario oirás decir cosas de las que tendrás que arrepentirte. 5. Ve despacio a los banquetes de los amigos; a sus desgracias con solicitud. 6. Celebra tu boda con modestia. 7. Ten por felices sólo a aquellos que han muerto. 8. Honrar a los mayores. 9. Desprecia a los que se meten en lo que no es suyo. 10. Y prefiere el daño a la ganancia sucia: el primero te afligirá una vez, el segundo siempre. 11. No te rías de los desafortunados. 12. Aunque seas impulsivo, trata de comportarte como un hombre tranquilo, para que la gente te respete, en vez de tenerte miedo. 13. Estás a cargo de tu propia casa. 14. Tu lenguaje no corra, precédelo en tu mente. 15. Intenta contener tu ira. 16. No desees cosas imposibles. 17. En el camino, no te apresures en el proceder. 18. No gesticules, pues denota locura. 19. Obedece las leyes. 20. Si sufres una injusticia, busca la paz; si sufres un ultraje, véngate.

IV. Tales, hijo de Essamia, de Mileto, dijo:

1. La seguridad trae la desgracia. 2. Recuerda a tus amigos, presentes y ausentes. 3. No adornes tu aspecto exterior, pero sé hermoso en los actos. 4. No te enriquezcas de mala manera. 5. No te comprometa tu discurso en la confrontación con aquellos que confían en ti. 6. No dudes en halagar a tus padres. 7. No le quites a tu padre lo que es de poca importancia. 8. Los servicios que has prestado a tus padres, serán los que esperes recibir de tus hijos cuando seas anciano. 9. Es difícil conocerse a sí mismo. 10. Es placentero en el más alto grado conseguir lo que deseas. 11. La pereza es una desgracia. 12. La impertinencia es algo perjudicial. 13. La ignorancia es algo muy grave. 14. Intenta aprender y enseñar lo mejor. 15. No seas perezoso, aunque seas rico. 16. Los males, escóndelos en casa. 17. Hazte envidiar en vez de ser compadecido. 18. Sé moderado. 19. No le creas a todo el mundo. 20. Si estás en el gobierno, dirígete a ti mismo.

V. Píttaco, hijo de Irra, de Lesbos [600 a.C. Estadista que gobernó Mitilene, Lesbos], dice:

1. Reconoce el momento oportuno. 2. No digas lo que tienes intención de hacer, porque si no lo consigues, se reirán de ti. 3. Haz lo que sea conveniente. 4. Lo que desapruebas en tu vecino, no lo hagas tú mismo. 5. No culpes a un indolente: en hombres como estos ya se vislumbra la venganza de los dioses. 6. Devuelve los depósitos. 7. Si tu vecino te hace daño por poco, toléralo. 8. No digas cosas malas de tu amigo, o cosas buenas del enemigo, porque es absurdo. 9. Es tremendo conocer el futuro, es seguro conocer el pasado. 10. Lo que es confiable es la tierra, lo que es traicionero es el mar. 11. Insaciable es una ganancia. 12. Es necesario empoderarse de tus propias cosas. 13. Cultivar la piedad, la educación, la templanza, la sabiduría, la verdad, la confianza, la experiencia, la destreza, la amistad, la solicitud, el cuidado de la casa, el arte.

VI. Biante (Bías), hijo de Teutamo, de Priene [s. VI a.C.], dijo:

1. La mayoría de los hombres son malvados. 2. Mírate en el espejo: si te ves hermoso, debes hacer cosas bellas; si te ves feo, debes corregir los defectos de la naturaleza con la virtud. 3. Ve despacio para hacer algo; pero en lo que has empezado, persevera con firmeza. 4. Odia hablar sin ponderación, para no cometer equivocarte; pues a esto sigue el arrepentimiento. 5. No seas tonto ni malvado. 6. No aceptes la tontería. 7. Ama la sabiduría. 8. En cuanto a los dioses, afirma que existen. 9. Reflexiona en lo que estás haciendo. 10. Escucha mucho. 11. Intenta hablar en el momento justo. 12. Si eres pobre, no critiques a los ricos, a menos que te beneficie enormemente. 13. No elogies por su riqueza a un hombre indigno. 14. Intenta obtener con la persuasión y no con la violencia. 15. Y todo lo que hagas de bueno, atribúyelo a los dioses, no a ti mismo. 16. En la juventud gana prosperidad, en la vejez gana sabiduría. 17. Tendrás memoria gracias al ejercicio, circunspección gracias al reconocimiento de lo que es oportuno, nobleza gracias a los modales, templanza gracias al esfuerzo, misericordia gracias al miedo, amistad gracias a la riqueza, persuasión gracias al razonamiento, decoro gracias al silencio, justicia gracias a la sabiduría, valor gracias al coraje, poder gracias a la acción, supremacía gracias a la fama.

VII. Periandro, hijo de Cipselo, de Corinto[8] [ss VI -V a.C.], dijo:

1. Ten cuidado de todo. 2. La tranquilidad es algo bello. 3. La temeridad es algo peligroso. 4. La ganancia es una cosa torpe. 5. * es un agradecimiento de la naturaleza. 6. La democracia es mejor que la tiranía. 7. Los placeres son mortales, las virtudes son inmortales. 8. Cuando tengas fortuna, sé moderado; cuando no tengas fortuna, sé prudente. 9. Es mejor morir con moderación que permanecer vivo en la necesidad. 10. Hazte digno de los padres. 11. Trata de ser alabado cuando estés vivo y bendecido cuando estés muerto. 12. Compórtate del mismo modo con tus amigos afortunados y desafortunados. 13. Observa lo que has acordado, porque es una cosa malvada el transgredir. 14. No reveles los discursos secretos. 15. Reprocha de tal manera que pronto se convertirá en un amigo. 16. En cuanto a las leyes atente a las antiguas, en cuanto a la comida, consume la comida fresca. 17. No te limites a castigar sólo a los que han cometido una culpa, sino que también trata de detener a los que están a punto de cometer alguna. 18. Si eres desafortunado busca esconderlo para que tus enemigos no se regocijen.


[1] Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_Sabios_de_Grecia

[2] Diógenes Laercio I, 13.

[3] Platón, Protágoras 343 a.

[4] La lista de los siete sabios presenta algunos nombres que cambian de una a otra cita. En la lista de Platón destaca que excluye a Periandro (tal vez, porque a un tirano no cabe calificarlo de “sabio”, como se dice en República, 587d). Ésta es la mención más antigua de los siete; la más extensa es la de Diógenes Laercio en el libro I de sus vidas y opiniones de los filósofos ilustres, que recoge los datos y legendas sobre ellos.

[5] Platón. Platón I (Biblioteca Grandes Pensadores) (Spanish Edition). Gredos. Edición de Kindle.

[6] Estobeo III, 1, 172

[7] (Diels et al., 2006, pp. 136-141)   Diels, H., Kranz, W., Reale, G., Fusaro, D., & Cicero, V. (Eds.). (2006). I Presocratici (1. ed. Bompiani Il pensiero occidentale). Bompiani.

[8] Bajo su mandato Corinto con paz y prosperidad, pues se ocupó de reglamentar y humanizar el trabajo de los esclavos, protegió a la clase social de los campesinos pobres y obligó a la nobleza a reducir la suntuosidad de sus gastos.
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