5. La política

 


La dimensión política del hombre (natural según unos filósofos y construcción artificial según el parecer de otros) está constituida por el ámbito de la acción o el quehacer, los asuntos públicos y el arte de gobernar. La filosofía siempre se ha interesado en la política dando lugar a la filosofía política (investigación crítica racional sobre instituciones y prácticas sociales) y a la filosofía del derecho (análisis del derecho, o sea, del conjunto de reglas relativas al comportamiento intersubjetivo, que hacen posible la coexistencia humana).

¿Qué es la política?

Política viene del griego πόλις (ciudad-Estado) para indicar el conjunto de las cosas de la "ciudad", los asuntos públicos (res publica), la cosa pública y su arte de gobierno. 

Originariamente la política no indicaba el ejercicio de un poder cualquiera sino un tipo de poder que se ejercita sobre hombres libres e iguales que por consenso buscan el bien tanto de gobernantes como de gobernados.

Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, consideran que la política es una dimensión natural del hombre que garantiza las condiciones entre las cuales se puede realizar la plenitud de la vida humana. Según otros autores como por ejemplo, T. Hobbes, la política es una construcción artificial del hombre para garantizar la seguridad de vida.

En la política se puede distinguir un aspecto teórico, que estudia críticamente las formas de gobierno, las reglas con que de hecho se ejercita el poder, las relaciones y las estructuras de autoridad ad intra del Estado, las ideologías y las doctrinas políticas. Y un aspecto práctico que basado en el análisis teórico apunta a la obtención del poder político y a la trasformación de sus fines y estructuras.

Filosofía política

Es la reflexión filosófica específica sobre el vivir en común y sobre el arte de gobernar tal convivencia.

Sin embargo, a pesar de su rigor racional el fenómeno político se caracteriza por su complejidad porque además de comprender el componente racional humano, también abarca el peso de los intereses materiales, de las pulsiones instintivas, las pasiones, las convicciones morales y religiosas expresadas a través de ideas, comportamientos rituales, símbolos, metáforas, mitos. Una comprensión crítica del fenómeno político requiere por tanto necesariamente que ello sea tomado en consideración o en conexión con los otros ámbitos de la experiencia humana.

Vertientes de la filosofía política

1. Como teoría del Estado ideal o del político ideal 
  • La República de Platón: descripción utópica del Estado ideal.
  • La Política de Aristóteles: determinación realística de los modos y de las estrategias para mejorar el Estado.
  • Ideologías y movimientos revolucionarios.
2. Como búsqueda del criterio de legitimidad del poder. En este sentido la filosofía política se interroga sobre sobre el por qué del Estado, los motivos que explican la obediencia que los hombres aceptan o rechazan al poder. La capacidad que el poder político tiene para imponerse sobre los hombres no se puede reducir a la fuerza de coerción de la cual dispone, sino que recurre a un principio de legitimidad que se ha de obedecer, el derecho es el que comanda.

Este principio de legitimidad en Platón y Aristóteles se fundaba en la naturaleza, en los sofistas es la convención impuesta con la fuerza o con la ley, en el estoicismo y la república romana este principio es el consenso, en el medioevo es una concepción teológica del poder, y en la modernidad prevalece la idea de un pacto originario entre los hombres (Cf. T. Hobbes, J. Locke, J.J. Rousseau).

3. Como búsqueda de la esencia de la política o de la categoría de lo político. Se trata de individuar el elemento específico que distingue el ámbito político de los otros ámbitos de la experiencia humana.

En contraste con el primer acercamiento, que pone en estricta conexión la esfera política con la ética y busca la política ideal, este direccionamiento tiende a privilegiar una concepción realista de la política (la política como "es" y no como "debe ser"), exaltando su autonomía con respecto a la religión, a la ética y a la misma economía, y la reconduce a leyes y dinámicas propias (Cf. N. Maquiavelo, 
C. Schmitt)

4. Como metodología de las ciencias políticas y como análisis del lenguaje político. Surge de la influencia del neopositivismo y de la filosofía analítica. Nace como una ciencia política autónoma con respecto a la economía y a la moral, empleando una metodología empírica que concibe la filosofía política como una disciplina rigurosamente descriptiva y evaluativa, que hace claros los conceptos, los tipos de discurso, los procedimientos que caracterizan el lenguaje político y proporciona metodologías rigurosas para utilizar en la investigación empírica.

La filosofía del derecho

La filosofía del derecho investiga propiamente el ámbito de la convivencia social y política, y se puede definir como el conjunto de reglas relativas al comportamiento intersubjetivo, con el propósito de hacer posible la coexistencia de los seres humanos.

1. Búsqueda de los primeros principios y de la finalidad última del derecho. Desde la filosofía griega la filosofía del derecho se ha caracterizado por indagar sobre el fundamento y el propósito último del derecho, individuado en la justicia. Esta vertiente definida como teoría de la justicia se en empeñado, por una parte, en individuar el ideal del derecho (como el derecho debería ser), y por otra, valorar la racionalidad y la conformidad ética del derecho concreto con relación al ideal. Esta aproximación la comparten todas las posturas naturalistas, que más allá del derecho positivo (el conjunto de reglas establecidas por la voluntad humana en un cierto contexto histórico-social) admiten la existencia de un derecho natural, o sea, un conjunto de leyes derivadas de la propia naturaleza humana, válidas universalmente, que se pueden conocer con la ayuda de la sola razón, en las que siempre debe inspirarse la norma positiva.

2. El estudio de la manifestación concreta del derecho. Se estudia la naturaleza del derecho en su manifestación concreta, se investigan los rasgos distintivos de la experiencia jurídica que la distinguen y al mismo tiempo la relacionan con otros ámbitos de la experiencia humana (moral, política, economía, etc.). Una primera forma es el historicismo jurídico (desde G. Vico, Hegel, hasta el institucionalismo del siglo XX de T. Veblen, y J. K. Galbraith, que estudia la relación dialéctica entre tecnología e instituciones políticas), en las que el derecho se concibe como un producto de la historia humana (en las cuales encuentra su origen y justificación) y se expresa en las instituciones que el espíritu de cada pueblo crea. Una segunda reacción se conoce como el positivismo jurídico, que delimita rigurosamente el ámbito del derecho a la realidad de los hechos y quiere adoptar en la consideración de esta un método exclusivamente "científico". 

El resultado es, por un lado, una consideración sociológica de la que analiza las diferentes fuentes sociales de las normas y su eficacia concreto sobre el comportamiento humano y, por otro lado, el llamado "formalismo". legal", que considera que sólo las reglas de la ley son legales. "formalmente válido", es decir, los planteados por la autoridad legítima según procedimientos legales, independientemente de su cumplimiento real. Esto da lugar a una consideración sociológica del derecho (analiza las diversas fuentes sociales de las normas y su eficacia concreta en los comportamientos humanos) y al formalismo jurídico (que considera como propias del derecho solo las normas formalmente válidas, esto es, aquellas dadas por la autoridad legítima, según los procedimientos legales, independientemente de su observancia efectiva.

3. El análisis de la metodología jurídica o del "lenguaje jurídico" nacido en el ambiente anglosajón (Austin, Ross, Hart) se ha desarrollado también en Italia, encontrándose con líneas del neopositivismo jurídico (Bobbio, Scarpelli). Su propósito es la clarificación del lenguaje y de los métodos utilizados por la ciencia jurídica a fin de conferir rigor al lenguaje del legislador y de ordenarlo en un sistema coherente.
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