Pensamiento prefilosófico



Antes que surgiera la filosofía con Tales de Mileto los griegos pensaban míticamente. Por ejemplo, Hesíodo[1] en su Teogonía, que es al mismo tiempo una forma de cosmogonía, no ofrece una búsqueda del "principio" en modo rigurosamente racional, como sí lo hacen los primeros filósofos.

En la religión Orfeo, se presentan elementos que servirán como preludio a la antropología de los griegos:

“Con el orfismo se introducía una nueva concepción del hombre en sentido ‘dualístico’, que contraponía el alma al cuerpo físico, y entendía el alma como un dèmone [demonio] que caía en un cuerpo por castigo de una culpa original cometida. Para expiar aquella culpa el alma debía reencarnarse en vidas sucesivas, hasta cuando –a través de los varios que le habría tocado– fuese totalmente purificada, para retornar, en fin, a vivir ante los dioses”(Diels et al., 2006, pp. XXVII-XXVIII).

Esta visión de castigos de ultratumba no alcanzaba a explicar el dolor y el sufrimiento humano de los inocentes. Un intento de explicación está en la doctrina de la reencarnación para la cual no existen inocentes, pues todos, aunque en diversos grados, cargan culpas cometidas en vidas pasadas. La justicia, se basa en el criterio arcaico ‘quien ha pecado pagará’.

En definitiva, sin ese saber prefilosófico, sería incomprensible el novedoso pensamiento de los filósofos griegos basado en el ejercicio de la pura razón.

[1] Hesíodo representa un puente del pensamiento mítico al filosófico.

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