1. Filosofía como madre de todas las ciencias

Le Penseur (El pensador)
Autor: Auguste Rodin (1840-1917)

La filosofía como investigación

Todas las perspectivas filosóficas del pensamiento occidental, aunque oscilando entre la afirmación maximalista de representar un saber absoluto y el minimalismo de ser una pura búsqueda de los métodos del saber (metodologismo), presentan una exigencia común e ineludible de la cuestión del sentido (tanto de la vida, como de lo existente) y de una posible constitución de una comprensión unitaria del mundo. Esta indicación fundamental ya está presente en Platón, que habla de la filosofía no como una forma de sabiduría poseída y segura, sino como amor de la sabiduría, en la perspectiva de una tensión y de una búsqueda continua de la verdad.

La especificidad de la filosofía comparada con otras formas de saber

  • Filosofía, "amor a la sabiduría"
  • Filosofía y ciencia
  • Filosofía y religión

El término viene del griego y se traduce literalmente como "amor a la sabiduría" (philêin: amar, y sophía: sabiduría). En el Banquete, Platón hablando del mito de Eros, dios del amor hijo de Penia (pobreza) y Poros (riqueza), lo define "filósofo, amante de la sabiduría para toda la vida". De hecho, la búsqueda de la sabiduría, como todo amor, nunca podría nacer ni de una plenitud absoluta, ni de una ausencia absoluta: el sabio no busca lo que ya sabe y el ignorante no sabe dónde buscar lo que no conoce.

Platón logra, con esta imagen, resaltar el sentido de tensión hacia la verdad e investigación, siempre inquieta e insatisfecha, que caracteriza al discurso filosófico desde sus orígenes. En un sentido general la filosofía puede ser entendida como el estudio del todo, es decir, de todas las cosas, de todo lo que es, tanto a nivel real como ideal. De todas las cosas, quiere investigar el origen, la naturaleza. y el propósito, a diferencia de las ciencias particulares, que estudian sectores específicos y delimitados por la realidad con objetivos prácticos-cognoscitivos.

A nivel metodológico la búsqueda filosófica se caracteriza por el uso de procedimientos racionales y rigurosos, fundados en evidencias lógico-conceptuales, a diferencia de las ciencias de la naturaleza, lógico-matemáticas y las del hombre, que utilizan de manera privilegiada, además de estos métodos, también el experimento para verificar o refutar las hipótesis. Además, el conocimiento o la verdad (demostrado racionalmente, y no basado en creencias o tradiciones no validadas críticamente) a la que tiende la filosofía debe tener un sentido para el hombre y para su vida. También la religión plantea el problema del sentido de la vida del hombre, de su origen y su finalidad, pero la respuesta se busca y elabora sobre la base de creencias o verdades aceptadas por la fe y no logradas o demostradas racionalmente.

La filosofía como ciencia y sabiduría: 

El carácter científico de la investigación filosófica

Ya Platón, en el Eutidemo, observa que la filosofía es la única ciencia en que el hacer coincide con el saberse servir de lo que se hace; es, por lo tanto, un tipo de conocimiento estable usado para el beneficio del hombre, de su vida y del sentido de su existencia. La filosofía exige un saber que quiere ser ciencia, o sea conocimiento verdadero, no opinable, pero al mismo tiempo también sabiduría, que regula e implica toda la existencia.

En esta doble dirección, Platón, aún, en la República dice que el filósofo es aquel que aspira "al entero y a la totalidad tanto en la esfera de lo divino como en la de lo humano": de esta manera también especifica el carácter más propiamente científico de la filosofía, que como tal se da especialmente en la tradición de Occidente, prescindiendo de contextos de carácter sapiencial y/o mítico-religioso. La filosofía es el conocimiento de la verdadera realidad de todas las cosas.

De hecho, a lo largo de la historia de la cultura la cientificidad de la filosofía se ha definido gradualmente de diferentes maneras, especialmente en lo que se refiere al "entero" o "totalidad". La indicación platónica permite de cualquier modo captar un doble significado básico: la filosofía como la búsqueda de un sentido universal del ser y de esto también como la constitución de una posible sabiduría.

La filosofía como ciencia del fundamento

  • La filosofía como una búsqueda del fundamento o principio
  • La filosofía como ciencia de lo divino

Estos dos aspectos se precisan ulteriormente: el pasaje citado por la República sobre la aspiración "al entero y a la totalidad" continúa definiendo al filósofo como "mente en la que habita la extraordinaria posibilidad de ver todo el tiempo y todo el ser": de esta manera recuerda la vocación original del pensamiento griego. Aristóteles, en la Metafísica, hablando de los inicios, dice que el paso del pensamiento mítico al filosófico se había verificado con la afirmación de un "principio único, causa de todas las cosas que son".

Es lo que hace Tales, el primero en la larga serie de filósofos, pero que emerge más conscientemente con Heráclito, que a un tiempo conecta el tema del entero con el de la sabiduría. Aristóteles siempre distingue la filosofía de cada ciencia que se ocupe de una cierta parte del ser, definiéndola como la búsqueda de las causas primeras y como aquella contemplación de lo divino que en sí mismo es también un principio de vida.

Esta perspectiva y aquella platónica que le permanece sometida serán retomadas por distintas vías en la Edad Media, cuando, sin embargo, lo divino se encuentra principalmente en la Revelación cristiana. Como ciencia de lo divino, la filosofía será entonces entendida como disposición y como reflexión interna sobre la vida de fe, y por lo tanto "sierva de la teología", para aclarar lo que en las verdades de la fe es accesible a la razón.

En la escolástica medieval, esta definición se articula de forma diferente, en el sentido de una mayor o menor dependencia de los contenidos de la fe. La sistematización más influyente del nexo filosofía-fe es encuentra en Tomás de Aquino, para quien la filosofía ejerce una función de sierva pero en la autonomía y la propiedad de su método.

La filosofía como conocimiento absoluto

  • La filosofía como "ciencia de la ciencia"

La idea platónico-aristotélica de la filosofía como investigación del principio primero atraviesa en gran parte la historia del pensamiento occidental para alcanzar su mayor énfasis en el ámbito del idealismo romántico, para el cual la investigación sobre el fundamento debe mirar a un verdadero y propio saber absoluto. Para G. Fichte a filosofía deviene de esta manera en "ciencia de la ciencia en general", un sistema completo y único de cada saber. 

En el sistema del idealismo trascendental F.W.J. Schelling ve en la filosofía el cumplimiento de todas las ciencias. Finalmente G.W.F. Hegel dice que las diversas ciencias deben desaparecer en la "necesidad del concepto", en la filosofía entendida como el único saber verdadero. Esta perspectiva se reanudará incluso en el contexto del idealismo italiano que con G. Gentile lleva a la consecuencia extrema del dictado hegeliano: las ciencias positivas tienen una función meramente instrumental y práctica, ya que sólo la filosofía es un verdadero y propio saber en cuanto alcanza a la dimensión absoluta de lo real.

La filosofía como doctrina general del conocimiento

  •  El sentido de la filosofía en la filosofía moderna
  • La filosofía como "madre de las otras ciencias"
  • La filosofía como pregunta sobre los valores
  • La crítica hegeliana al concepto moderno de la filosofía
  • La filosofía como análisis crítico del conocimiento humano

En los tiempos modernos el desarrollo de las ciencias positivas y sus éxitos llevan a la creencia de que el verdadero conocimiento sólo es accesible en el campo de ciencias particulares e, inevitablemente, a una revisión del concepto de filosofía. Así para Francis Bacon el objetivo de la ciencia consiste en "enriquecer la vida humana con nuevos descubrimientos y nuevos poderes." En consecuencia, aunque distinguiéndose de las ciencias particulares, la filosofía no propone otro objetivo sino el de incrementar su capacidad y rigor: se aplica en este sentido lo de "madre de las otras ciencias" con la tarea de recoger "los axiomas que no son propios de las ciencias particulares, sino comunes a varias ciencias".

No es diferente la perspectiva del positivismo: en particular A. Comte quien afirma que la tarea de la filosofía es descubrir las relaciones y vínculos entre las ciencias y resumir posiblemente todos sus principios particulares en el número mínimo de principios comunas. El neo-empirismo, de diferentes maneras, pero de forma similar, habla de la filosofía como "ciencia unificada", en el sentido de combinar en un único sistema los resultados de las ciencias particulares (O. Neurath), o como función unificante en el método de las ciencias (B. Russell). En otros autores contemporáneos, como W.M. Wundt, E. Mach, W. Dilthey, la recapitulación operada por la filosofía se traduce también más marcadamente en una intuición o visiones del mundo con la exigencia de interrogarse sobre el valor, sobre el sentido, sobre el fundamento de la ciencia misma.

Esta admisión parece dar razón a la crítica de Hegel al concepto moderno la filosofía: la referencia a los principios comunes de las ciencias debe en todo caso desembocar en la investigación. de lo universal y, en última instancia, el fundamento absoluto del ser. La misma consideración se podría retomar en relación con esas perspectivas, no muy lejos de las que acabamos de mencionar, que en filosofía ven una función crítica del saber, en definitiva, una doctrina general del conocimiento. Este es el caso de J. Locke, quien subraya como, a la base de cada investigación, debe plantearse el problema de "nuestra capacidad, para ver qué objetos nuestro intelecto estuviese o no estuviese en capacidad de tratar".

Este El escenario, a través de D. Hume, pasa en el trabajo crítico de I. Kant, para quien la tarea fundamental de la filosofía sigue siendo precisamente la de investigar las posibilidades y limitaciones de cada saber o conocimiento. Tarea que viene más tarde retomada por las diversas escuelas neocríticas, en particular la escuela de Baden (W. Windelband, H. Rickert) y en Marburgo (H. Cohen, P. Natorp, E. Cassirer) para las cuales la filosofía debe ser válida como teoría del saber o conocimiento y nuestros recursos de cognoscitivos.

Cf. Lunghi Rizzi, C., & Boffi, G. (2017). Filosofia: Schemi riassuntivi, quadri di approfondimento. De Agostini. 


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